Esta semana presentamos el ensayo de nuestra compañera Areli Cherebin, asistente del Magistrado Presidente Álvaro L. Visuetti Zevallos, ganadora de la categoría: «Las enseñanzas del Tribunal de Cuentas».

Título: “Mono no Aware: crónicas de un oficial mayor en el Tribunal de Cuentas”.

Las flores de cerezo en Japón tienen entre uno de sus tantos significados, lo efímera y pasajera que es la vida. La frase Mono no aware, “representa esa sensibilidad hacia las cosas que tienen una temporalidad. La flor del cerezo es una representación del renacimiento, de una evolución que se ha producido al superar obstáculos”. Rodríguez P. Blog Japón Alternativo. (https://www.japonalternativo.com/blog/tradiciones-japonesas/significado-flor-de-cerezo-sakura/ Recuperado 12 de enero de 2024.

Es el paso del tiempo, que inexorablemente nos recuerda lo rápido que transcurre, y la necesidad de aprovechar la vida al máximo, aprendiendo y teniendo experiencias enriquecedoras, afectando en forma positiva a nuestro prójimo.

Así se sienten 14 años en el Tribunal de Cuentas.  Aún recuerdo cuando llegué por primera vez a la Secretaría General, en Plaza Globus.  Yo había trabajado muchos años en la Fiscalía Primera Superior del Primer Distrito Judicial de Panamá, investigando homicidios, teniendo turnos, trabajando en días feriados, carnavales, en Navidad o Año Nuevo, viviendo lo más difícil que le puede suceder a una persona: que es perder a un ser querido de forma violenta.

Tengo los más lindos recuerdos de mi estancia en el Ministerio Público, literalmente es una escuela en que aprendí el trabajo duro de los oficiales mayores en cualquier jurisdicción, que es la atención al público y el trámite de expedientes.  Al llegar por primera vez al Tribunal, me gustó el diseño de la oficina, pisos negros y bastante vidrio, dando la impresión de elegancia y sofisticación.  Me recibieron como si de un hogar se tratara, dándome la bienvenida la licenciada Dora y la coordinadora en ese momento, la licenciada Diana.  Me asignaron mi lugar con mis compañeros Víctor, Yira, Mara, Rafa, el señor Lasso, Alex, Ámbar, Daniela y Alpidio, quienes me ayudaron y mostraron todos los pormenores de la Secretaría General. A veces me parece mentira que tanto tiempo ha pasado… se sienten tan cercanos esos momentos. Siempre recuerdo con mucho cariño el trabajo en la Secretaría, lleno de compañerismo y apoyo mutuo, sin importar el Despacho en que se trabajara.

La mayor enseñanza que tuve durante esos años fue conocer el proceso en su totalidad: términos, cómo se anotan los informes de auditoría en los diferentes libros, llenar los cuadros de Excel con la información adecuada y hacer la providencia de remisión a la Fiscalía General de Cuentas.

No faltan las anécdotas de atención al público, las llamadas telefónicas y los abogados que solicitaban sus casos, con premura.

En el Tribunal pude conocer a los mejores amigos que se pueden tener, quienes vivieron conmigo, una y mil historias.  Esta es otra enseñanza del Tribunal de Cuentas, la verdadera amistad.  Nunca rendirse y siempre estar dispuestos a ayudar.  Considero que de la misma forma en que me ayudaron a mí, cuando inicié mis labores en este Tribunal, debo hacer lo mismo con todos mis futuros compañeros.

Importante es destacar que en estos años no todo fue color de rosa, vivimos pérdidas de compañeros, como la licenciada Aura César, cuya mayor enseñanza para mí fue ser siempre fiel a uno mismo y vivir la vida al máximo.  Aunque no trabajamos en la misma área, ella siempre tenía para mí un consejo o una palabra de aliento, desde el año 2010 que regresé a la faena.  Yo inicié en el año 2009 con un contrato temporal por tres meses, regresando dos meses después, en marzo del año 2010.  Todos los días la extraño mucho y cuando paso por su oficina, la recuerdo con mucho cariño.  Bien dice el dicho que quien se recuerda, no muere realmente.

Otra de las enseñanzas valiosas en el Tribunal de Cuentas es la resiliencia y responsabilidad.  La vida judicial tiene altas y bajas, marcadas por la rotación constante de personal, las renuncias, destituciones y claro, los periodos fijos.  En el 2019, terminaron diez largos años de la primera gestión del Magistrado Álvaro Visuetti Zevallos.  Nos dieron instrucciones de dejar el Despacho en cero, todo trabajado, tramitado y diligenciado, en la medida de lo posible y así lo hicimos.  Fueron meses de arduo trabajo y mucho estrés, preocupación e incertidumbre ante lo desconocido, ya que se aproximaba el fin de una era, de mucho aprendizaje y trabajo.

Al darse la oportunidad de continuar, en un nuevo periodo de diez años, aprendí que la fe es lo que último que se pierde, a ser agradecido y continuar trabajando duro, dando lo mejor de mí con mis capacidades y nunca olvidar todo lo vivido.  El Tribunal de Cuentas es escuela, hogar y cuna de grandes mentes, con deseos de mejorar cada día y en eso estamos, en una evolución constante, superando las dificultades.

Regresando a la flor de cerezo y su significado antes indicado, esa evolución, se da en cada uno de nosotros, todos los días: aquí conocí grandes amigos, que hoy son familia.  Gracias a un seminario que me asignaron a asistir de Derecho Procesal, en el 2013, conocí a mi hoy esposo Joaquín y continúo renovándome cada día.

Estoy muy agradecida con todos los que, en su momento, influyeron en mí, me apoyaron, me enseñaron, quienes se han ido y quienes aún seguimos aquí.  El tiempo sigue pasando sin detenerse, nos queda entonces subirnos al tren y continuar avanzando.  De eso se trata la vida, de eso se trata el papel que jugamos en nuestros entornos laborales o familiares, hacer el bien y no perjudicar a nadie. Eso es crecer.